martes, 31 de julio de 2012



Un día como otro cualquiera. Un simple domingo en el que no pensé que esa llamada en mi puerta fueras tú. Porque fuiste lo primero que vi al despertar ese domingo, un domingo que ya no era como otro cualquiera, un domingo especial. Y te invité a entrar. Y te hice un hueco en mi sofá. Y aunque en ese momento ni siquiera nos molestamos en mirar el reloj. Aunque parecía que ese instante había perdido la noción del tiempo. Sé que pasaban los minutos, y más cerca estábamos, más compenetrados, más a gusto o al menos yo. Porque no paraban de rebotar las risas en las paredes de la habitación, habían miradas que hacían presentes las ganas. Mis ganas de ti, y no sé si tus ganas de mí. Salieron mil temas de conversación y me gustó. Me gustó ser tu confidente y que me contaras mil cosas, cosas que quizás a otras personas no le importarían nada, pero que a mí me interesaba escuchar de ti. Porque aunque también habían cosas que no me gustaba escuchar, en esos momentos no tuvieron importancia al sentirme perdida con tu sonrisa. te reíste de mí, y que me dijiste fea. Incluso provocaste celos hablando de otras chicas para ver mi reacción. Y a mí hasta la más mínima tontería me hacía "enfadar" y decir que no, que no te hablaría más hasta que en cinco minutos me convencieras de lo contrario.. Porque acabé aquí, en este mismo sofá. Acabé apoyada en tu pecho escuchando como me leías una entrada a tu blog. Y parecía que la habías escogido al azar, pero parece que no podía ser más idónea. Y te escuche. 

"Y te das cuenta.. Justo en ese instante en el que te encuentras con esa persona, en el momento que estas a cinco simples milímetros de él. Justo en esos cinco segundos antes de besarle, en el momento en el que te mira a los ojos y no dice nada. Pero, ¿Para qué decir algo? ya su mirada te lo dice todo y es en ese momento en el que te das cuenta, que hablamos tanto y en los momentos más maravillosos de la vida, no es necesario decir nada, porque una vez más repito, una mirada vale más que mil palabras, un silencio vale más que mil versos, una caricia vale más que mil explicaciones y es que el idioma del amor sólo lo hablan los corazones.. - y me di cuenta que te quiero, justo en el momento en que tu sonrisa brillo, justo en el segundo en el que me miraste y es que lo más bonito de mis ojos es el reflejo de los tuyos.." 

Porque esa entrada de tu blog que ahora forma parte del mío sonó tan bien en tu boca que hasta te creí. Porque hace tiempo que necesitaba escuchar algo así, y no sé si por destino o simple casualidad ese día, a esa hora, en ese instante salió de tu boca. Tu boca esa que estaría besando unos minutos después. ¿Como lo llamamos? Ah sí, "jugando con fuego". Juguemos con fuego amor, y no sé, creo que tú no.. pero yo me quemé, me abracé, deje que el fuego hiciera arder cada milímetro de mi cuerpo. Y aquí estoy chamuscada. Aunque bueno.. era la primera vez que jugaba de esa manera, que besaba de esa manera y que me dejaba llevar.. No está mal, podría haber estado peor. Al menos a mí me queda el haber vivido el momento, el conocer el sabor de tus besos y esa forma que me enseñaste tan especial de mirar. Porque yo estoy acostumbrada a fracasar, pero no a vivir momentos tan dulces como este que me queda en la memoria. Así que gracias, porque aunque fue por un momento me hiciste sentir especial como hacía mucho tiempo que no me sentía. Y me quedo con esta sensación porque puedo presumir de haber estado a infinitos metros sobre el cielo. A infinitos metros sobre el cielo contigo. 

jueves, 26 de julio de 2012


Aprendí que los amores de verano siempre se acaban y que cuando vuelves a casa todo vuelve a la normalidad. Que cuando regresas poco a poco todo se va difuminando y que los primeros días no paras de pensar en ese amor y en todo lo que fue capaz de darte en tan poco tiempo.. pero pasan los días y su recuerdo se va junto con todos los momentos que pasasteis juntos. Porque te pudiste engañar a ti misma pensando que si te llamaría o que pensaría en ti. Que él querría continuar con esa historia que empezó en vuestras vacaciones de verano, pero no. No llegan ni llamadas, ni mensajes, ni si quiera un pequeño comentario a tu facebook. Él te olvido y ahí es justamente cuando se va difuminando. Tú recuerdas momentos efímeros como grandes aventuras que quisieras repetir una y otra vez. Recuerdas cien caricias y en tu cabeza las conviertes en un millón y te arrepientes de esos besos que nunca le diste. Sabes que te encantaría volver el tiempo atrás, dar la vuelta al reloj y que te lleve al primer momento. A ese segundo en el que bajaste la ventanilla de tu coche y lo divisaste. Allí estaba a lo lejos dirigiéndose hasta ti. Solo piensas en volver a ese momento. Piensas en hacer las cosas distintas y que quizás así él no se olvide de ti. Pero es un amor de verano pequeña, de esos que casi nunca continúan. Debiste haber practicado mejor eso de que no te rompieran el corazón o lo de aprender a echar el freno para no sentir tan rápido. Pero es como cuando te viene una ola y estás de espaldas.. no la ves llegar. Yo no te vi llegar, ni tampoco me percate de que ibas a dejar huella. Pero tengo que aceptarlo, superarlo y mantenerme fuerte. Siempre habrá otro mes de Julio, otro chico, otra piscina y un millón de cosas que contar. Sé que habrá otra historia. Pero siempre me quedará tu amor de verano.

martes, 10 de julio de 2012


Que equivocada estoy al pensar que es tan fácil como decir olvidar. Porque si con un chasquido de dedos ya no estuvieras en mi mente nunca más.. Sí, sería muy fácil. Pero no es así. Porque me acuerdo de ti en cada rincón, en cada esquina, incluso en las de mi cama. Porque guardan tantos secretos y tantos recuerdos que es imposible que al entrar por la puerta no quede invadida por ti. Porque no sé si es que cada día te veo más guapo, mejor, más lindo... que se hace imposible no intentar buscarte y correr a tus brazos. Pero no puedo hacerlo. Yo ni siquiera sé si me recogerías en ellos como antes, si me abrazarías como siempre .. Me reconfortaría saber que ese sigue siendo mi lugar, pero para qué engañarnos si nunca lo fue. Que triste es saber de este dolor. Un dolor que no desearía ni a mi peor enemigo. Porque hay heridas que no sanan, hay personas que no se olvidan y hay recuerdos que permanecen. Yo te echo de menos, y creo que seguiré haciéndolo durante mucho tiempo. 

Porque aunque tú ya no estés yo sigo enamorada de tu recuerdo.